La vida te da la oportunidad de coincidir con muchas personas. A unas admiras más que a otras. Gustavo, ha sido una de las personas a las que más he admirado. Calidad en estado puro tanto a nivel personal como a nivel profesional.
Tuve la oportunidad de conocer a Gustavo en la segunda entrevista que me hicieron en Emagister. Se unió Alex. Nos estuvimos conociendo charlando de tu a tu. Conectamos. Hubo feeling. Lo pasamos bien hasta el punto que, cuando acabamos, ya no quedaba nadie en la oficina.
Al empezar a trabajar, ya vi que Gustavo no pasarÃa desapercibido en mi vida. Admirado por los compañeros, era un referente dentro de la empresa. Trabajamos codo con codo. Vi y compartà su trabajo en primera persona. Me dejó impresionado su inteligencia y su capacidad para ejecutar proyectos impresionantes. En teorÃa, era mi jefe. En realidad, fue un maestro. Aprendà mucho a su lado. Mantuvimos fenomenales conversaciones. TenÃa una fuerte personalidad, propia de cualquier genio.
Un dÃa llegó Grego. Era temprano. Recuerdo que tan sólo estábamos Alex y yo. Nos dijo que los resultados médicos que le habÃan hecho a Gustavo no habÃan ido bien. Le detectaron cáncer. A partir de ahÃ, la cosa no fue nada bien. Finalmente, hace un año, en un fatÃdico 16 de enero de 2009, Gustavo falleció.
Hace poco menos de un año, empecé a escribir este artÃculo y me fue imposible pasar de la primera linea. Estaba triste, muy triste. Ahora, un año después, he decidido seguir y acabarlo. Ahora, un año después, me siento afortunado por haber tenido la oportunidad de coincidir con Gustavo. Una gran persona.
Muy interesante, te escribi por mail, espero que me puedas contestar hermano, no te conosco, pero se que tienes una gran vision…
Estoy seguro que esbozarÃa una sonrisa de satisfacción si leyera este post.
Gran Padawan 🙂